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Hace unos meses, internet se hacía eco del diseño de una bicicleta que aparecía rodeada por todas partes del logo de Tesla. En pleno aumento de la demanda de bicicletas eléctricas, saltaba la liebre. ¿Estaba Elon Musk preparando una nueva revolución de la movilidad? ¿Después de las carreteras y el espacio vendrían las ciudades?
Aunque a primera vista dé el pego, no, en realidad el Modelo B no es un concepto de Tesla. El diseño pertenece al diseñador americano Kendall Toerner. Y, a pesar de que en los documentos publicados aparezca rodeado por el logotipo de la empresa de Elon Musk, lo cierto es que, de momento, Tesla aún no ha dicho ni mu sobre las bicicletas eléctricas. De momento.
Porque no cabe duda de que uno de los efectos de la COVID-19 sobre la movilidad está siendo el de aumentar la circulación (y las ventas) de bicicletas eléctricas. Además, dado el historial que tiene la empresa de Palo Alto con vehículos eléctricos, y su voluntad de llegar al común de los mortales, no sería raro que en el futuro se decidieran a dar el paso.
La propuesta de Toerner es una bicicleta a la que difícilmente puede dársele ese nombre. El diseño, carente de pedales, es completamente eléctrico. Así, aunque realmente sea una buenísima opción para los desplazamientos urbanos por la ciudad, va a servir de poco para los que vean en la bici una aliada con la que ponerse en forma.
Otro de los puntos fuertes del diseño del americano es la conducción autónoma. Si bien la legislación europea aún no permite conducción completamente autónoma en sus carreteras, no cabe duda de que es una de las especialidades de Tesla. Después de desarrollar un sistema para sus coches, la empresa americana bien podría apostar por incluir su tecnología en bicicletas. A través de una mezcla de sensores ultrasónicos, cámaras y radares, las bicicletas de Toerner ofrecen una mayor seguridad, y son capaces de detectar obstáculos en la carretera de forma completamente autónoma.
Además, esta autonomía podría ser especialmente útil para evitar que el conductor se ponga en peligro por un fallo humano. La tecnología del Modelo B le permite actuar en caso de riesgo inminente y poner a su dueño a salvo sin que este tenga que intervenir.
Además de tener una pinta que bien podría salir de una película de Star Wars, el diseño de Toerner introduce una novedad respecto a las bicicletas tradicionales: el sistema de giro no depende de la rotación del manillar. En su lugar, el manillar detecta la fuerza aplicada sobre uno de los lados y la rueda delantera gira en la dirección deseada.
Cada una de las ruedas está propulsada por su propio motor, lo que garantiza una potencia destinada a no dejarnos tirados en ninguna situación.
En el centro del manillar, una pantalla nos informa de las estadísticas de la bicicleta. Además, nos permite utilizar un navegador para fijar nuestra ruta. Tanto si queremos llevar nosotros la bicicleta como si preferimos que sea ella la que nos lleve a nosotros.