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¿Cómo lograr una conducción más eficiente? Sin duda, es una de las grandes preguntas al volante. Porque no solo se trata de reducir la factura final, que también, sino de contaminar menos. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la Dirección General de Tráfico y otros organismos suelen sugerir claves para que lo consigamos. Hagamos caso a estos diez consejos acaso recurrentes para una conducción más eficiente pero que conviene conocer porque… ¿seguro que los cumples todos?
1.- No aceleres demasiado al arrancar. ¿Por qué? No hace falta. Gastamos gasolina de forma innecesaria. Hoy en día, las cualidades electrónicas del automóvil regulan el arranque mejor que el pie raudo de antaño.
2.- La primera marcha es para la salida… Tras unos pocos metros puedes cambiar a segunda y todo irá bien.
3.- Más cosas sobre las marchas ¡El cambio debe ser paso a paso, progresivamente! Desde la DGT apuntan: “En motores de gasolina, cambie entre las 1.500-2.500 revoluciones; en los diésel, entre las 1.300-2.000”. Y, si anticipas los cambios de marcha, lo bordas.
4.- ¿Es verdad lo de las marchas cortas y largas, que unas gastan más que otras? Sí. Si empleas las marchas largas con revoluciones bajas, la factura respira mejor. Ahora bien, con mucha precaución. Si no se puede… Para eso están las marchas cortas. Haz lo que pida el motor.
5.- Velocidad moderada. Ir a toda pastilla, aparte de suponer más riesgo para la seguridad vial, dispara el gasto energético del vehículo. Olvida crear tu versión de Fast and Furious. Por ti, por la sostenibilidad y por la integridad de todos.
6.- Pon distancia ante los imprevistos. Sí, como su nombre indica, hay momentos imprevisibles en la carretera, pero si respetas la distancia de seguridad y te adelantas a posibles sustos, practicarás una conducción más eficiente y menos arriesgada.
7.- Cuantos menos altibajos con el velocímetro, mejor. ¿Conduces a una velocidad constante, sin demasiados frenazos y acelerones? Bien. Eso recomiendan los expertos: en la medida de lo posible, uniformidad.
8.- Cuesta la cuesta… Aseguran los sabios que en las pendientes hay que posponer la obligada reducción de las marchas y acelerar con cautela. Vamos, que no dejemos el motor más quemado que el mapa de Bonanza. Y para las bajadas, usemos marchas largas.
9.- ¿Y eso del freno motor –sin pisar el pedal de freno– que explicaban en la autoescuela? La DGT sugiere: “En las deceleraciones, levante el pie del acelerador y deje rodar el vehículo con la marcha engranada. El motor actuará como freno y el consumo será cero. Si es posible, deténgase sin reducir de marcha”.
10.- Planificar es fundamental. No descuides el mantenimiento, pero tampoco la situación del tráfico, el estado de tu ruta y consejos legendarios como cerrar las ventanillas o no ir sobrecargado. Por supuesto, la elección del vehículo es importante. Desde IDAE sostienen que “un coche comprado con criterios de eficiencia puede ahorrar hasta un 50% de las emisiones de CO2 con respecto a un coche ineficiente e inapropiado (un vehículo medio a lo largo de su vida puede emitir a la atmósfera más de 30 toneladas de CO2). Además, obtendremos un ahorro considerable en el gasto de combustible y de emisiones contaminantes”.
Ahora solo queda disfrutar del camino. Eficientemente. ¡Feliz viaje!
Escribe: Jorge García Palomo