Los amantes del automóvil pueden llegar a sentir estrés en una de las ciudades, según un reciente estudio de la empresa Zipjet, menos estresantes del mundo. ¿Por qué esta paradoja? Porque la industria más potente del siglo XX tiene aquí un templo. Sí, en Stuttgart se encuentran dos museos imponentes de dos excelsas marcas del motor: Porsche y Mercedes-Benz. A quienes les gusten los coches, ya están tardando en organizar la visita a esta urbe germana.
La capital del land o estado federado de Baden-Württemberg —situado en el suroeste del país y uno de los dieciséis que hay en Alemania— brinda un reclamo excepcional para conocer mejor la historia. La de la revolución de la mecánica, la investigación constante, el diseño óptimo, el vértigo de la velocidad o la comunicación por tierra, mar y aire. En este caso, se trata de una imparable búsqueda de la plenitud técnica y el máximo confort en carretera. Así que vayamos por partes.
Arranquemos. Apuntemos la primera parada en el GPS: dirección Mercedesstraße número 100, donde está la muestra de Mercedes-Benz. En 1886, Gottlieb Daimler y Carl Benz presentaron uno de esos inventos que trastocan el devenir de la humanidad: el automóvil.
En este recinto colosal se pueden apreciar 160 vehículos impresionantes y más de 1.500 objetos de exposición distribuidos en unos 16.500 metros cuadrados en diferentes plantas. Turismos, coches de carreras, camiones, prototipos, motores… La tecnología se alía siempre con el futuro y esta ocasión resulta perfecta para corroborarlo y redescubrir —no destripemos el viaje— modelos únicos y extraordinarios.
Abierto todos los días menos los lunes, el Museo Mercedes-Benz también acoge eventos especiales como el reciente “50 Years of AMG”. Sin duda, un emblemático lugar de peregrinación en Stuttgart.
Por otro lado, ya se sabe. Recordando una célebre campaña publicitaria de los años 80, “hay coches y Porsches”. La prestigiosa marca Porsche cuenta en el número 1 de Porscheplatz con otro espacio de referencia en la ciudad: un edificio de metal y cristal diseñado por el estudio Meissl que produce una fascinación casi hipnótica.
El área de exhibición ocupa unos 5.600 metros cuadrados y ofrece 80 exposiciones, desde automóviles antiguos hasta verdaderas creaciones de vanguardia. Abierto de martes a domingo, aquí uno se topa con coches clásicos como el 917, el 911 o el Escarabajo y, además, se observan piezas de otros tiempos, curiosidades o el proceso de fabricación de un coche. Perdón, de un Porsche.
¿Quieres disfrutar de la innovación automovilística, la potencia que irradia esta industria o la excelencia deportiva? Acelera: Stuttgart es un destino infalible.
