Cosas que se pueden hacer en un viaje por carretera: escuchar música, charlar con otros pasajeros, contemplar el paisaje… y estudiar el comportamiento de las aves.

A medida que vamos ampliando la red de carreteras, alteramos también los hábitats de la fauna que los habita y los comportamientos de esos animales. Las aves no escapan a esto y diferentes estudios científicos llevados a cabo por ornitólogos y biólogos han observado cambios en los comportamientos de los pájaros que están muy relacionados con la presencia de carreteras en sus ecosistemas. Y algunos de estos comportamientos son realmente curiosos.

Por ejemplo, que los pájaros respetan los límites de velocidad en las carreteras y autovías. En el año 2006, dos biólogos canadienses, Pierre Legagneux y Simon Ducatez, concluyeron en un estudio que midió el comportamiento de 21 especies diferentes (la mayoría gorriones y cuervos) que cuando el límite estaba a 50 km/h, los pájaros se separaban de los coches alrededor de 15 metros. Y cuando ese límite era mayor, de 110 km/h, la media de separación que mantenían las aves con los automóviles aumentaba a los 75 m. Además, todo ello ocurría independientemente de la velocidad real a la que circulaban los vehículos; más bien tenía relación con el límite de velocidad de la vía.

No es que las aves se hayan aprendido el código de circulación y nos den lecciones de civismo, sino que podrían estar demostrando un comportamiento similar al que tienen con los depredadores, cuando interiorizan que en unas zonas estos depredadores son más peligrosos que en otras.

Andean Condor (Vultur gryphus) flying over a road

Otra curiosidad que desvela el estudio del comportamiento de los pájaros es que utilizan las carreteras como un delimitador de su territorio. Así lo demostró un estudio publicado en la revista Frontiers in Ecology and Evolution en 2017. En él se observó que las aves evitaban sobrevolar carreteras anchas y autovías porque las consideraban límites territoriales, aprovechando su construcción para delimitar su espacio y evitar que otras especies lo invadan. 

“Los pájaros pueden rehuir estos espacios abiertos por miedo a los depredadores o bien por considerar las carreteras límites territoriales, ya que algunas especies emplean los cortes en la vegetación para marcar sus zonas y evitar así que otras especies merodeen por el lugar”, explicaban los científicos en el informe.

White stork on a roadside lamp post

De hecho, cuanto más ancha es la carretera, menor es la densidad de aves que habitan allí. Por eso los expertos inciden en la importancia de valorar el impacto que estas infraestructuras provocan en los entornos naturales y cómo afectan a la biodiversidad en general, no solo a los pájaros. Al hacerlo, afirman, no solo se protegen los ecosistemas y hábitats, sino que también se reduce el número de impactos y atropellos de animales evitando accidentes y aumentando la seguridad vial.

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